Internautas
La fauna chatera, diversa, tal vez para algunos despersonalizada, día a día va ganando más adeptos, acaso por soledad, al principio por curiosidad, no importando los motivos, todos nos reunimos diariamente a intercambiar vivencias, sueños, fantasías, utopías.
Y en ese submundo, impersonal y fraterno a la vez, se intercambian saludos, ubicaciones territoriales, ocupaciones, edades, estados civiles, costumbres, gustos, hobbies, creándose redes humanas, lazos de amistad, de compañerismo, adversidades y amores.
Así como un gran mago el chat logra satisfacer deseos, cumplir sueños, trascender límites, hacer posible lo imposible, cada uno con su bagaje de frustraciones, anhelos, tratando aunque sea por breve tiempo, sentirse rey o reina en su propio mundo.
Tal vez la necesidad de búsqueda de sus propias aspiraciones no permita a cada uno precisar cual es el eco que sus palabras tienen en el otro, qué significado se le darán, y por tanto, no medir las consecuencias.
En esta miscelánea de quimeras, se van gestando, desarrollando esperanzas, que algunos tan solo las necesitan como la sed y el agua para seguir viviendo y otras, quizás los menos, las hacen palpables.
En este submundo conocemos personas, hacemos amigos, al igual que todos al principio canjeamos reseñas, particularidades, fotos, sin pensar en un posible y futuro encuentro.
Pero una vez más el destino, la vida, tal vez esos rostros plasmados en una fotografía, vuelve a reunirnos, para así sin proponérnoslo comenzar una amistad, la cual va creciendo chat tras chat, descubriéndonos tras una pantalla que nos invita a soñar juntos, a dejar volar la imaginación y pensar que no existen territorios ajenos.
Día a día, luego de cada encuentro los afectos van surgiendo y creciendo, preguntándose por qué todo este acervo de cariño pudo despertarse y ahora luego de instalado, atrincherado, qué hacer con él.
Cada vez que la pantalla se enciende y el nick surge, el corazón palpita más rápido, cosquillas en él estomago nos provocan risa y una gran sonrisa se dibuja en nuestros rostros.
El "te extraño" son la tarjeta de presentación, ahora combinándose con "el te quiero" y un sinfín de palabras tiernas tiñe el visor de colores de sensualidad, romanticismo, pasión y erotismo.
Las horas transcurren sin darnos cuenta, conjugando vivencias, aspiraciones, esperanzas, fantaseando con un futuro juntos al igual que en los cuentos de niños con finales felices, pero la realidad golpea, cuando la hora de despedirse llega y el computador se apaga.
En el silencio de nuestras guaridas, las palabras aun juegan en nuestra mente, tratando de encontrar la salida a este laberinto de pasiones y delirios.
Mientras tanto, las comunicaciones son el impulsor del diario vivir, al igual que las ilusiones; las palabras se leen colmadas de felicidad, ternura, afecto fortaleciendo aún más los sentimientos.
Quizás todo este universo propio del chat, que nos convoca a diario, nos lleva un día a revelar los rostros que se esconden tras los monitores, cada uno con su historia bajo el brazo, con el libro de anotaciones, con los sueños compartidos y atesorados vamos al encuentro.
Y en ese submundo, impersonal y fraterno a la vez, se intercambian saludos, ubicaciones territoriales, ocupaciones, edades, estados civiles, costumbres, gustos, hobbies, creándose redes humanas, lazos de amistad, de compañerismo, adversidades y amores.
Así como un gran mago el chat logra satisfacer deseos, cumplir sueños, trascender límites, hacer posible lo imposible, cada uno con su bagaje de frustraciones, anhelos, tratando aunque sea por breve tiempo, sentirse rey o reina en su propio mundo.
Tal vez la necesidad de búsqueda de sus propias aspiraciones no permita a cada uno precisar cual es el eco que sus palabras tienen en el otro, qué significado se le darán, y por tanto, no medir las consecuencias.
En esta miscelánea de quimeras, se van gestando, desarrollando esperanzas, que algunos tan solo las necesitan como la sed y el agua para seguir viviendo y otras, quizás los menos, las hacen palpables.
En este submundo conocemos personas, hacemos amigos, al igual que todos al principio canjeamos reseñas, particularidades, fotos, sin pensar en un posible y futuro encuentro.
Pero una vez más el destino, la vida, tal vez esos rostros plasmados en una fotografía, vuelve a reunirnos, para así sin proponérnoslo comenzar una amistad, la cual va creciendo chat tras chat, descubriéndonos tras una pantalla que nos invita a soñar juntos, a dejar volar la imaginación y pensar que no existen territorios ajenos.
Día a día, luego de cada encuentro los afectos van surgiendo y creciendo, preguntándose por qué todo este acervo de cariño pudo despertarse y ahora luego de instalado, atrincherado, qué hacer con él.
Cada vez que la pantalla se enciende y el nick surge, el corazón palpita más rápido, cosquillas en él estomago nos provocan risa y una gran sonrisa se dibuja en nuestros rostros.
El "te extraño" son la tarjeta de presentación, ahora combinándose con "el te quiero" y un sinfín de palabras tiernas tiñe el visor de colores de sensualidad, romanticismo, pasión y erotismo.
Las horas transcurren sin darnos cuenta, conjugando vivencias, aspiraciones, esperanzas, fantaseando con un futuro juntos al igual que en los cuentos de niños con finales felices, pero la realidad golpea, cuando la hora de despedirse llega y el computador se apaga.
En el silencio de nuestras guaridas, las palabras aun juegan en nuestra mente, tratando de encontrar la salida a este laberinto de pasiones y delirios.
Mientras tanto, las comunicaciones son el impulsor del diario vivir, al igual que las ilusiones; las palabras se leen colmadas de felicidad, ternura, afecto fortaleciendo aún más los sentimientos.
Quizás todo este universo propio del chat, que nos convoca a diario, nos lleva un día a revelar los rostros que se esconden tras los monitores, cada uno con su historia bajo el brazo, con el libro de anotaciones, con los sueños compartidos y atesorados vamos al encuentro.
5 comentarios
Rigel -
Saludos.
Rigel -
Sereno -
Un saludo.
animatesipodes -
gracias x leerme
un abrazo, maja
Stuffen -
Muy bellas y sabias palabras las tuyas.
Oye, ¿estás enamorada?